El papel de las etiquetas en la experiencia del cliente: Más allá de la Información
Las etiquetas no solo cumplen la función de informar sobre un producto; también son una extensión de la marca y una oportunidad para mejorar la experiencia del cliente. Un buen diseño y la elección adecuada de materiales pueden influir en la percepción del consumidor y en su decisión de compra.
La primera impresión: Diseño y sensaciones.
La etiqueta es lo primero que ve el cliente al interactuar con el producto. Factores como el color, la tipografía y los acabados pueden generar emociones y asociaciones con la marca. Algunos ejemplos pueden ser:
- Colores y tipografías. Los tonos cálidos pueden transmitir cercanía, mientras que los metálicos reflejan lujo y exclusividad. La tipografía también juega un papel clave en la identidad de la marca.
- Espacio y legibilidad: Un diseño limpio y equilibrado facilita la lectura y genera confianza.
- Impacto visual en el punto de venta: Una etiqueta llamativa puede diferenciar un producto en un estante lleno de opciones.
Materiales y acabados que mejoran la experiencia.
Más allá de la estética, los materiales y acabados juegan un rol crucial en la experiencia sensorial del consumidor. Detalles como las texturas, los relieves, tintas holográficas o elementos interactivos como QR, Realidad Aumentada etc. son elementos que pueden hacer que un producto se sienta más premium o cree una experiencia visual más atractiva.
Personalización
La democratización de la impresión ha permitido que las marcas ofrezcan etiquetas personalizadas para cada momento. Las ediciones limitadas son un buen ejemplo de esto, con tiradas más pequeñas y diseños exclusivos para conmemorar un acontecimiento o un hito. Por lo general, el consumidor siente que estos productos tienen una calidad superior y, por tanto, son mejores.
La importancia del acabado en las etiquetas
Siempre hablamos de lo importante que es dar una buena imagen de nuestro producto, ¿pero cómo podemos conseguirlo? Hay muchas formas de lograrlo, pero en esta publicación nos centraremos en lo que transmitimos y cómo lo hacemos con las etiquetas de los productos.
Una buena impresión puede tener muchos motivos, y es algo muy subjetivo y no aplicable a todas la personas por igual. Sin embargo, hay ciertos detalles que suelen ser universales como por ejemplo el golpe seco, un acabado capaz de generar en el consumidor una percepción diferente en la vista y en el tacto. Se trata de un pequeño toque que se aplica sobre alguno de los elementos de la etiquetas para resaltarlo, y se puede poner sobre el nombre de marca o sobre un elemento gráfico del diseño de la etiqueta. Al tacto se nota el relieve y provoca una impresión más profesional (y quizás premium) que una etiqueta de toda la vida.
La forma o troquel de la etiqueta. Una etiqueta de toda la vida será cuadrada, rectangular o circular, pero no debemos limitarnos a esas formas simples. El mundo de los troqueles es infinito, y cualquier forma que se te ocurra tiene cabida. Destacarás respecto a las demás etiquetas por usar un diseño innovador o apropiado a tu producto, pero cuidado, tampoco te excedas y hagas formas sin ton ni son o inadecuadas; un poco de sentido común siempre viene bien, más teniendo en cuenta que posteriormente deberás imprimir en esa forma recortada.
El stamping también es una opción muy adecuada para dar un resultado más vistoso a nuestras etiquetas. Normalmente se suele utilizar para destacar el logo de la empresa, los títulos o detalles que quieres que se vean de un primer vistazo. Como con todo, no debemos excedernos y hacer todos los textos o imágenes en stamping, ya que lograrás el efecto contrario al que quieres conseguir, es decir, que el usuario no sepa a dónde mirar y acabe pasando del producto.