El impacto de las etiquetas sostenibles en la percepción de la marca
Hoy en día los consumidores están más preocupados que nunca por el impacto ambiental de los productos que compran. Según estudios recientes, más del 60% de los compradores están dispuestos a pagar más por productos con envases sostenibles, y las etiquetas no son una excepción. En este post hablaremos sobre cómo puedes mejorar la imagen de marca y fomentar decisiones de compra positivas.
¿Qué son las etiquetas sostenibles?
Son aquellas diseñadas para minimizar su impacto ambiental. Esto puede incluir:
- Materiales reciclados o reciclables
- Materiales biodegradables
- Tintas a base de agua o vegetales
- Procesos de impresión optimizados que reducen el desperdicio de recursos
Beneficios para tu marca
Incorporar etiquetas sostenibles puede ofrecer ventajas, como por ejemplo:
- Mayor atracción de consumidores conscientes. Cada vez más personas buscan marcas que reflejen sus valores. Al usar etiquetas sostenibles, tu producto puede captar la atención de este público y fidelizar a nuevos clientes.
- Diferenciación en el mercado. En un mercado saturado, un producto sostenible puede hacer que destaque entre los demás. La elección de papeles reciclados, texturas naturales o acabados ecológicos pueden agregar un toque distintivo a tu diseño.
Ejemplos de etiquetas sostenibles
- Alimentos orgánicos. Muchas marcas han optado por etiquetas de papel reciclado con tintas vegetales para resaltar su compromiso con lo natural.
- Cosméticos naturales. Etiquetas biodegradables o de bambú que reflejan una estética minimalista y responsable.
- Productos premium. El uso de acabados ecológicos como laminados a base de polímeros permite las marcas de lujo mantener una apariencia sofisticada sin comprometer la sostenibilidad.
Rebranding masivo y el «serifacidio»
En los últimos años, hemos sido testigos de una tendencia generalizada entre las empresas y marcas líderes en el mercado: el rebranding, que se ha caracterizado por una simplificación notable de sus logotipos.
Este movimiento ha coincidido con el surgimiento y la expansión de la tecnología, así como con la creciente tendencia hacia la búsqueda y la compra digital. En este contexto, las empresas han optado por simplificar sus logotipos para mejorar su legibilidad, entre otras medidas, eliminando las serifas, esos adornos que decoran las terminaciones de las letras y que proporcionan carácter y distinción visual a una marca.
Con el paso del tiempo, el resultado de estas simplificaciones es evidente: los detalles ornamentales de los logotipos, que antes conferían personalidad e individualidad a las marcas, han desaparecido en gran medida. Este cambio se ha extendido a diversos ámbitos, como la moda, el deporte y el automovilismo. Una de las razones principales detrás de esta evolución es la adaptación de los logotipos a los formatos y tamaños reducidos de las aplicaciones en pantallas de dispositivos móviles, donde la calidad y la legibilidad pueden deteriorarse.
Sin embargo, ¿es realmente necesario sacrificar las características que diferencian a las marcas para llegar a un público más amplio? Al parecer, la respuesta es afirmativa.
La mayoría de las marcas han optado por cambiar sus enfoques creativos, reconociendo que la esencia y la relevancia de una marca en el mercado no dependen únicamente de su logotipo. En su lugar, han buscado acercarse a un nuevo público objetivo: personas jóvenes con ideales sociales claros y definidos en sus estilos de vida. Este cambio de estrategia pretende romper con los roles establecidos anteriormente por las marcas.
No obstante, surge la pregunta de si realmente vale la pena simplificar la imagen y, en algunos casos, los valores de marca de los logotipos en aras de la legibilidad digital y la modernización minimalista, especialmente cuando la cultura social parece estar inclinándose en dirección opuesta. ¿Hemos sacrificado demasiado la identidad por la accesibilidad? ¿Habrá aceptación o rechazo cuándo volvamos a inclinar la balanza hacia el lado de la ornamentación?